jueves, 7 de mayo de 2015

UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE



Esperé este momento con muchas ansias pero llena de nervios y muchos temores. Era la primera vez que tendría un contacto tan cercano y personal con la docencia. Anteriormente ya había estado en un aula pero solo eran observaciones lo que realizaba, en cambio esta vez haría intervenciones, daría clases a un grupo real con alumnos que estaban a la expectativa de qué les daría y cómo serían mis clases.



Los primeros días transcurrieron con altibajos. Era la etapa de diagnóstico hacia los alumnos y de planificaciones en base al mismo y de tratar con docentes que en su mayoría se mostraron colaborativas en mi próxima tarea, brindándome su conocimiento, experiencia y asesoramiento. Pero también estuvieron aquellas que estaban un tanto incómodas con la situación y en todo momento su única intención fue poner piedras en mi camino. Pero por suerte y convencimiento personal de que esa era una etapa de prueba y ensayo, pude sortear todos los obstáculos y llegar al momento de pararme frente al aula y darle a mis alumnos, todos los conocimientos que había preparado exclusivamente para ellos y recibir muestras de que estaba haciendo algo bueno y productivo.



Puedo decir que mis prácticas fueron positivas, más allá de la calificación recibida, ya que al momento de concluirlas, mis alumnos, los actores necesarios y principales, me colmaron con sus deseos de continuar con mis clases y la promesa de que me recordarían por mucho tiempo. No sé  si esa parte se cumplirá; en mí seguramente que sí, siempre recordaré a mis primeros alumnos, aquellos que de alguna manera dejaron una huella en mí y me indicaron un rumbo como futura docente.

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