sábado, 16 de mayo de 2015

Mi relato: Un salto de año. Siempre trabajé en 1er año de la primaria, siempre tuve la certeza de que era muy buena en lo que hacía, que lograba lo que me proponía con los pequeños. Salvaba las dificultades que se presentaban a diario y se resolvían en al momento. La dire de la escuela me llamaba “mamá gallina”, mi aspecto físico me hacia semejante ya que soy grande de contextura y rellenita, por lo que cuando venían a abrazarme los peques habría los brazos y juntaba a muchos. Incluso tuve en una oportunidad uno que se me subía tipo koala en la espalda (hoy está en la secundaria de la misma escuela y se acuerda, casi 10 años atrás). Cuantas experiencias para contar, como por ejemplo el día que por primera vez me leyó un alumno de 1ro. Recuerdo que era una mañana por el mes de septiembre, estábamos trabajando la diferencia de los sonidos cuando usábamos la letra L y la doble LL, ¿CÓMO SONABA?, el grupo daba ejemplos, yo escribía en el pizarrón al dictado de ellos. Todo era perfecto!!!. En un momento les pido que leamos lo que escribimos y él levantó la mano y dijo: ¿Seño, yo quiero leer? Bueno le dije. Y ahí MA…… comenzó a leer y no leyó una palabra sino todas. Sus compañeros lo aplaudían y felicitaban. Se me caían las lágrimas, ahí comprendí que todo el trabajo que se realizó con él, más allá que tenía sus dificultades de aprendizaje, logramos pasar esa barrera que parecía tan lejana. Me sentía FELIZ!!!. A partir de ahí me dije este es mi lugar de trabajo y así lo hice, por diez años fui maestra de 1ro, estudié hice curso de alfabetización, conciencia fonológica, leí, investigue, recorte, preparé, jugué y sobre todo disfruté. Un día en la escuela surgió el cargo de auxiliar y lo pedí, quería “descansar un poco”. Por tres años ayude a 1ro y 2do. Fue difícil el primer tiempo porque había “otra maestra” en mi lugar, porque era mi lugar. Pero luego me di cuenta que podía ayudar a muchos niños desde otro lado como también a las seños que eran nuevas. Hoy me siento orgullosa de todo lo que aprendí para poder ensañarles a los más pequeños. A fines del año pasado la escuela sugirió cambios y todos pensaron que volvería primero, pero no. Quería otra experiencia y también pensaba en mi columna, que ya no estaba para estar tanto tiempo doblada sobre las mesitas pequeñas. Más allá del amor que le tengo a primero pensé en mí salud. Y así fue como tome 3ro y 4to en las áreas de Lengua y Sociales. Llegó el momento de comenzar a prepárame para el nuevo desafío. Es por eso que hoy estoy aquí, escribiendo mi experiencia y en el camino de explorar nuevas formas de trabajar desde distintos lugares para lograr las mismas cosas que lograba en primero. Estoy ansiosa de aprender para brindar lo mejor de mí. Volví a estudiar, leer, investigar, preparar, corregir, compartir, hablar, escribir, sentir los logros, a soñar. Ya hace un mes largo que comenzaron las clases y me siento feliz del camino que elegí. Como en toda aula hay problemas que también se solucionan, pero el trabajo que se puede hacer con ellos es diferente, las producciones son diferentes como también así los cuestionamientos, consultas, temores y expectativas.

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